martes, agosto 01, 2006

El cumpleaños de Pitus

La poblana festejó su sexto aniversario de vida, el pasado 22 de julio, dos días antes de la fecha real por aquello de la disponibilidad de los invitados. Como cada verano, surgió la preocupación de que no hubiera suficientes invitados no sólo por las dichosas vacaciones sino por nuestra reciente aparición en estos lares.

Con eso de que, en nuestro concepto, el mitote está ligado a la cantidad de asistentes decidí reorganizar mis ideas y concentrarme en la calidad del evento. Sólo los más íntimos y estimados de María Luisa serían invitados, la elección sería fácil puesto que en el colegio sólo tiene dos amigos, Jacob y Maykala, quienes afortunadamente no estaban fuera de la ciudad; de manera que la fiesta sería completada con nuestros compatriotas y sus hijos que han sido una maravilla para mi retoño, pero esa es una historia que merece otro espacio.

Para mi sorpresa, la semana que tenía destinada para preparar todo el merequetengue que, por cierto, volvió a ser de dinosaurios, me ofrecieron dar unas clases de español en un curso intensivo de dos semanas. Así que la situación se puso espinosa, lo bueno es que había elegido una hora intermedia entre el lunch y la cena para evitar la sobrecarga de trabajo. Con un poco de desvelo y sobretodo con presteza, empecé con la recortadera de dinosaurios para adornar la mesa, la impresión de laberintos y hojas para colorear, la compra de dulces, el relleno de las bolsitas y el terminado de la piñata que gracias a mi buena amiga Sofía pudo estar presente en la fiesta.

Para el jueves parecía que todo estaba tomando forma, la poblana estaba muy entusiasmada, los invitados estaban avisados y sólo faltaba el relleno de la piñata y el pastel que se hornearía el mismo sábado junto con las botanas. Saliendo de la clase me llamó mi amiga Martha(mexicana) para avisarme que le pusiera más agua a los frijoles pues la visitaría otra familia mexicana con dos niños más y una adolescente. Para no hacer el cuento largo, se armó la fiesta con los nuevos agregados y otra compañerita de María Luisa que nos encontramos fuera del condominio.



Las circunstancias permitieron que la fiesta se llevara a cabo "como dios manda". La poblana tuvo su piñata con todo y el dale-dale, las mañanitas gracias a la mayoría mexicana y su deseado pastel de chocolate con velitas de dinosaurio. Las velas se empezaron a apagar de puro cansancio, pues a las mañanitas les siguieron el happy birthday y el no sé qué en chino; pero finalmente la festejada pidió su deseo, le sopló a las velas que quedaban encendidas y mordió su pastel.








Aunque había amenaza de lluvia, el buen Tláloc nos hizo el favor desde por allá y todos disfrutamos de la reunión. Los proveedores liberaron un poco de tensión y calor en el agua fresca, las señoras nos dedicamos al chisme para variar y de los niños, como diría mi mamá: por sabido se calla.





1 comentario:

Anónimo dijo...

No se puede quejar Ma Luisa, pues no faltò lo muy nuestro: piñata y mañanitas, lo muy universal; los amigos! Se ve que la pasaron muy frescos y bien.
HAPPY BIRTHDAY, BABY!!!
TE QUIERO MUCHO!
BULA