jueves, agosto 17, 2006

Víspera del "National Day"

Cerca del Merlion, símbolo de Singapur, a la orilla de la bahía. Un grupo de amigos sentados en círculo compartiendo coolers e ideas. Familias haciendo pic-nic en la banqueta. Un abuelo meciendo una carreola. Cinco niñas sentadas en una banca vistiendo uniforme de secundaria. Tres oficinistas haciendo equilibrio para sentarse en el piso, con las zapatillas en una mano y la bolsa en la otra. Una pareja de novios mirándose.

¿El cuadro que más me gusto? Dos mujeres recargadas en una palmera; una era una abuela de origen chino con el nieto en brazos, la otra, una india cargando a su bebé. Los niños intercambiando sonrisas, jugando a descubrir sus rostros de detrás del cabello, el sari o el pecho de sus cuidadoras.

¡Tanto qué descubrir en esa multitud! Me vi ahí, una alma entre el gentío de chinos, malayos, indios y otros más. Una chilanga observadora. ¿En qué consiste esa habilidad, virtud y derecho que es el respeto?, ¿cuál es la mejor vía para los acuerdos? No lo sé al igual que muchos, pero seguro existe, se trabaja se construye día a día, caminando entre la tolerancia y el libre albedrío... supongo.

El caso es que ahí estaba yo, con el mejor "recuerdito" que tengo de Puebla. Esperando los fuegos artificiales del 8 de agosto que darían inicio a las celebraciones del Día Nacional o de los 41 años de Singapur como país independiente. Por supuesto que llegamos dos horas antes para conseguir un buen lugar, pero no fue tan fácil como pensé. Con sus debidas proporciones aquello parecía el Zócalo un día 15 de septiembre por la tarde. Una pareja de novios le hizo un huequito a la poblana para que se sentara a la orilla del malecón.

Para matar el tiempo y el antojo de María Luisa, fui a comprar elote a uno de los varios puestos de botanas y vasitos de elote que se habían instalado con motivo del festejo. Casi se me sale la lagrimita al recordar mis queridos esquites con limón, sal, chile y ese toque de epazote que ignoran por acá. Pero ni modo, me tuve que conformar con granos de elote dulce con mantequilla y sal, en un intento de mejorar el sabor. Mientras estaba en la fila, le echaba un ojo a mi retoño y otro al avance de la misma.

Estuve formada por 20 minutos y a cada vistazo cambiaba la imagen, primero la ví sentada donde la había dejado, después estaba platicando con dos niños, al rato tenía un pan en la mano y estaba cómodamente recargada, después reía a carcajadas con sus nuevos amigos. Para cuando había avanzado la mitad del camino tenía un dulce en la mano y la mamá de los niños le regalaba una bolsita de kleenex para que se limpiara la boca. Pensé entonces que debía comprar una botana para compartir con ellos. ¡Ah! pero el destino siempre tiene otras ideas para los mortales, cuando llegó mi turno se habían acabado los cucuruchos en los que daban los cacahuates y sólo compré elote. Doce años antes, en mi luna de miel sucedía una historia muy similar: en un juego de los Yankees pasé dos entradas formada en una fila, tratando de conseguirle hot dogs a mi marido, cuando llegó mi turno sólo quedaban pretzels, "peor es nada" pensé y regresé al encuentro de mi true love con dos cervezas y el pretzel. Cuando llegué me enteré que ya había pasado el de los hot dogs, Alejandro se había comido dos y tomado una cerveza. Si hubiera sabido que aquello era un mensaje divino... en fin.

En la espera del espectáculo se empezó a llenar de gente el lugar, algunos coreaban y otros se movían al ritmo de las canciones el malayo, tamil, inglés y mandarín, que se habían compuesto para festejar el cumpleaños de la Isla y que se escuchaban como música de fondo en aquella conglomeración. A las nueve en punto comenzaron los cohetes en colores blanco y rojo, como una lluvia de estrellas, como mil luces alumbrando mil caminos en perfecta armonía.




2 comentarios:

Anónimo dijo...

Que bonita se ve la bahia! Estamos deseosos de estar allà: Me gusta el comportamiento que se nota de las personas, que aunque despues haya habido mas gente estoy segura que la manera de pensar de esos ciudadanos " respeto y educaciòn " prevalio en esa noche. Que bien la deben haber pasado.
Saludos, Bula.

Anónimo dijo...

Hola Susy!
No cabe duda que la tecnologia me esta dejando atras. Escribi un comentario acerca de tu entretenida pagina y no supe como grabarlo. En pocas palabras Felicidades! Continua con esto que nos trae un pedacito de Singapur a traves de tu prosa. Saludos a Alex y la Pitus.